UNA MONTAÑA
de pelo
           asfixia.

Mirar
detrás del vidrio
empañado

a la marioneta
caìda.

(Inédito)

MAZURKA

A Karol Sxymanowski

Labios fríos
de muchacha
una hemorragia
matinal.

La música

a nuestros oídos
mortales.

Amputados ángeles

gritan detrás
de los telones podridos.

Cabezas servidas

ahogadas risas.

(1999)

MEMORIA DE HANS KRÂSA


Recuerdo el silencio
no el ruido.

Las lluviosas miradas
entre los cuerpos
las ateridas voces
el coro de heridas intocadas.

Las jaurías se aquietan
y de los pastizales emergen
profundos infiernos
azules.

Del libro inédito Sitial

La enredadera del miedo
es nuestro elemento
mortal.

Nidos
de imprecisa melancolìa.

Puro
o turbio
el martillazo
que acaba
con todo.

Del libro inédito Sitial

Verdugos

Collage incluído en el libro Los Holocaustos

A Egon Schiele

ESTILETE

del frìo

rasga

la ventana

con cavilaciones

nocturnas

y sordos

vendavales

que devuelven

a la noche

sus

occisos

filamentos.

Ego Scriptor

A Sandro Penna

ALGAS

fiebres

y voces

se yerguen

quebrándose

en el brillo

de los vidrios

astillados

Los fragmentos

vibran

impuros

en el eco

que la nada

devora.

Del libro inédito Efigies

CAJA
chamuscada
con flores rojas
y amarillas

Dàrdo
con làgrima
y bailarina
calcinada

Obsidiana en el quebradizo
cuello

Niña durmiendo
bajo la mirada
de un siniestro amor.

Arde
la nieve
azulada.

Del libro inédito Travesìas del Insomne

EN EL DESCAMPADO
las arañas
de ceniza

Los que hablan
con sus manos
al viento.

No endurece
la muerte
su resorte.


Del libro inédito Travesías del Insomne

FIGURAS DEL BOULEVARD


Hélices
del amanecer
dispersan a las últimas
nieblas.

Caligráficas
las heridas
de la noche
en los pechos agitados
de los bebedores.

Tambalean
las pupilas
en el asfalto
húmedo.

Del libro inédito Los Holocaustos

A Marcel Schwob

EL INVIERNO
nos alcanza
y su tijera
brilla
sobre el pecho.

La madera
de los muñecos
se pudre
bajo la lluvia
nocturna.

(1993)

Ultimo paseo
A Robert Walser

Unas huellas negras
en la nieve
hasta llegar a
Ella
ora haciendo su nido en el
huèsped congelado

(Del libro inèdito Los Holocaustos)

YA NO HAY TRUENOS
que atormenten
el latido quebradizo

Sòlo una luz
en ascensiòn
desde el fondo negro
del ojo.

Un sueño de cìrculos
en el pelaje inerte.

Dèbiles llantos
en ocres
delirantes
tembladerales.

(Del libro inèdito Los Holocaustos)